miércoles, 7 de diciembre de 2005

Hola a todos. Estoy tan contento desde que me hice blogger y me parece tan poco interesante la vida sin conexión que me dedico a convencer a todos mis amigos y conocidos de que se blogueen ellos también. Me parece asombroso que la humanidad haya vivido tanto tiempo sin bloguearse y ya no me extraña que a mis alumnos no les guste la historia. Antes pensaba que quizá era que yo explicaba mal o, por no culparme a mí (que es un vicio que me estoy dejando por consejo de mi psiquiatra), que mis alumnos eran imbéciles, pero ya me he dado cuenta de lo que pasa: que a estos chicos del mp3, para los cuales hasta los CD son una antigualla, les parece intolerable un mundo no conectado, y hasta diría que sufren -pobrecillos- de pensar en el pobre Neandertal que no podía bajarse nada de la red de redes y en el pobre faraón que por muy faraón que fuese era tan cibernéticamente pobre como el más mísero de sus esclavos. Y yo les comprendo, la verdad, y me siento cada vez más cercano a ellos y a veces hasta me parece que comprendo su cultura. ¡Con deciros que ahora me encanta el hip-hop, y me aburro con mis discos de Schönberg y de Webern! Estuve a punto de comprarme una gorra y un chándal, pero reconozco que me eché atrás porque con la ropa hay que ser muy mirado y en el último momento pensé que hip-hop vale, pero que una cosa es modernizarse y otra exponerse a que te rebajen el statu quo, y mi barrio para eso es muy tradicional y yo, mira, yo también, lo reconozco. Estos chicos sabrán mucho de ritmo y de rima, pero para la ropa sigo pensando que me gusta más lo pijo. Que aún hay clases.

La verdad es que a mí me hubiera gustado ser un dictador de la moda, como Petronio, pero lo malo es que nunca he tenido el appeal suficiente para eso. Pero con esto del blogueo he encontrado por fin mi forma de dejar huella en este mundo y en el otro. El otro es el digital, claro. O el otro es el analógico y este es el digital. Hay veces que ya no sé lo que me digo y llevo un lío tremendo porque es una responsabilidad muy grande esto de ser el gurú del cibermundo en petit comité. Total, que como la gente me preguntaba tanto he decidido montar pequeñas sesiones informativas en las que cuento cómo ha mejorado mi vida desde que tengo mi blog y animo a los participantas a resetear la suya y así lo pasamos la mar de bien. Es como aquellas reuniones de tupperware, pero en más moderno. Y como cerca de mi casa hay un salón de thé muy elegante y muy apropiado para el caso, pues allí que los reúno y yo me doy el placer de tomarme mi ración de Sacher, que es de lo mejor que hay en este mundo analógico. Y no pasa nada, porque luego con mis sesiones de Pilates y de sauna (finesa fetén) el tipo es que no sufre nada de nada. Es por estas cosas por las que no acabo de entregarme cien por cien al mundo del hip-hop, porque los hip-hoperos, a la hora de la verdad, meriendan galletas del supermercado y carecen del savoir faire necesario para estar en sociedad.

Pero reconozco que el ritmo mola y ese flow que derrochan los buenos MC tendría buena acogida en los salones, si se domesticara un poco. O sea, que igual hasta me compro una gorra y la llevo en el coche para cuando vaya al instituto. Pero lo que yo haría sería ponerla en la bandeja trasera, bien a la vista, igual que hacen los arquitectos con el casco de mezclarse con los obreros. Lo digo porque la arquitectura es una profesión que me vuelve a molar desde que vi la foto del Turning Torso de Calatrava. Porque hay que reconocer que el compromiso social es importante y yo me comprometo como el que más, si es necesario. Y encima tengo la ventaja de que no tengo que ir muy lejos, porque me voy a trabajar cada día a territorio comanche. Menos mal que cerca hay un Carrefour y puedo refugiarme en él cuando la oleada de realidad es demasiado fuerte. Ya sé que un Carrefour no es precisamente Harrod's, pero para gente como yo, con los pies metiditos hasta el fondo en el compromiso social, ya nos vale como recurso.

Así que estoy consiguiendo que mi mundo digital se pueble de lo mejorcito de cada casa, y gracias a ello espero con ansiedad mi primera Navidad digital. Lo que no pienso hacer es enviar digichristmas por correo electrónico. Hay tradiciones que no deberían perderse. Otro día, por cierto, os contaré mi teoría de que ser conservador es lo más revolucionario que hay.

Besos.


2 comentarios:

MsNice dijo...

Hasta que no te cortes la coleta no me vas a asutar, muchacho.
una teteria? Tendré que pasarme más a menudo por tu barrio, o por tu zona.
Por el territorio comanche no, que con la cara de buena persona que tengo, es casi seguro que me preguntarán la hora y todo.
no eres blogger del todo aun, aun no escribes con smileys. (o emoticones, como los he oido llamar por ahí)
:P

Anónimo dijo...

Emoticonos, emoticonos... ;)

¿Patafos se ha pasado a 'El usuario anónimo' o ya tienes dos antifans?