jueves, 17 de abril de 2014

Serie SENSE NATI!. Segunda época. De nuevo en Cinci (Nati)

DE NUEVO EN CINCI (NATI)

Ya sabéis todos que hace un tiempecito que he vuelto por Cincinnati OH, aunque solo sea porque alguna cosa he añadido al blog. Eso, claro, si lo leéis. Pues sí, y quizá debería haber empezado por ahí, por Cincinnati OH. Y quisiera empezar por aclarar es que el "OH" que acompaña a "Cincinnati" no es expresión de asombro, ni de admiración, ni de nada en absoluto. No es que en Cincinnati no haya nada que admirar: está, por ejemplo, la estación del tren, que ha sido votada como uno de los cincuenta edificios que uno "must see" en Estados Unidos. Por cierto, que esto del "ha sido votado" está muy extendido por aquí como gancho publicitario. Te encuentras, por ejemplo, un sitio cuyas hamburguesas han sido "voted 3rd best in Cincinnati". Lo que me pasa a mí, sin embargo, es que me pregunto por la fiabilidad de la encuesta. ¿Quién la hace? ¿Hay observadores internacionales? ¿Hay interventores de las otras hamburgueserías? Y, ¿quién vota? ¿Solamente los que las comen? ¿Pueden votar -como en las primarias del PSOE- también los simpatizantes? Lo cual me lleva, finalmente, a preguntarme: ¿qué es ser simpatizante de una hamburguesería?

Como podéis ver, el reclamo no funciona demasiado bien conmigo. Quizá porque ante la publicidad no corresponde preguntarse nada. Además, que no sé si eso de presumir de ser el tercero... No sé -digo-, pero es como ese incomprensible orgullo valenciano de ser "la tercera ciudad de España". ¡Buf! Y digo más: ¿cuál es el último puesto de la lista del que se puede presumir? ¿Puedes decir "voted 23rd best in Cincinnati"?

Bueno, pues como os iba diciendo, lo de "OH" se pone por "Ohio", ese estado del midwestern donde ha ido a parar Cincinnati, y yo también, que me he venido para visitar a la Jose añadiendo unos días de trinqui a mis vacaciones de Semana Santa. ¡Ah! ¿Que no sois profesores? Pues chincha rabiña, que yo tengo una piña (y más vacaciones que vosotros).

Pues eso, que me vine para acá, aunque pasando antes por San Francisco CA (como ya contaba en un post anterior), donde el "CA" no es una interjección -ya lo imaginábais- sino la abreviatura de California. De ahí a visitar parajes naturales hasta Las Vegas NE, donde hace tanto calor que me pregunta yo qué broma era esa del "NE" (Nevada): uno de mil demonios. Ahora, que demonios es lo que imagino yo que vería en Las Vegas nuestro anfitrión, que nos ofrecía su casa por eso del couchsurfing. Yo, por cierto, que pronuncio el inglés como el eslovaco, dije más bien "coachsurfing", lo cual viene a ser navegar, sí, pero no en el sofá sino en el entrenador, actividad que debió de resultar extraña al anfitrión del que os hablaba, que -a eso iba- resultó ser mormón y haber estado de mission en Chile. Buen chaval, ¿eh?, que trabajaba en no sé qué de sanidad -¡ay, mi eslovaco!- y que reconoció que la ciudad no le gustaba por ese puntillo pecaminoso. A mí tampoco, pero por hortera. Llegado a este punto, lo que se impone es dilucidar si el mal gusto podría ser pecado. Yo estoy a favor, y eso que sé que mi fondo de armario me condenaría.

Antes de eso habíamos pasado por otros lugares -de nuevo a este blog os remito-, pero tengo que decir que no hay nada como el Gran Cañón. Mira que soy poco de emocionarme con los paisajes: pues de verdad que es cierta la publicidad que dice que es breathtaking, lo que traducido al eslovaco significa que te deja turulato. Y eso que ya venía de ver otros paisajes contundentes. Pero ya se sabe que nueve de cada diez dentistas recomiendan no perderse el Gran Cañón. Yo ya lo he "voted 1st paisaje en los USA". Eso, para que os hagáis una idea. Dicen que los primeros europeos en verlo fueron unos españoles, y que iniciaron el descenso, pero que tuvieron que volverse a la mitad por falta de agua, y que luego sospechaban que los indios les habían -dicho sin segundas- tomado el pelo.

Pues mira, ¿sabéis lo que os digo?: que bravo por los indios, en todo caso, que bien que los han estado engañando a ellos.  ¡Si es que toda la historia de OH se puede resumir en las mil veces que les tomaron el pelo, primero los franceses y los ingleses, y luego los estadounidenses! Todo esto que hoy es OH, y también las actuales Indiana, Illinois, Michigan, Wisconsin (y parte de Minnesota), un territorio de largo más grande que España es el que en su día se llamó Northwest Territory y que se iban repertiendo unos y otros, sin decirles nada a los indios pero -eso sí- usándolos como carne de cañón en las guerras en las que, al final, los que más iban a perder eran ellos mismos. Pero la venganza, ya se sabe, es un plato que se sirve frío: enteré el otro día, cuando estuve en Chicago, de que ese nombre significa algo así como "col podrida". ¡Toma ya, Escuela de Chicago! ¡Toma ya, Frank Lloyd Wright! ¡Toma ya, casa Robie! Por cierto, que fui a verla, claro. Pero lo de esa excursión ya lo dejo para otro post. Lo prometo.

Pues eso: que estoy otra vez en Cincinnati. Au.

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