miércoles, 19 de septiembre de 2012

Sèrie SENSE NATI! Primera època (¡Ahora en castellano!): EXPEDICIÓN EN AUTOBÚS

Antes, cuando la mili era obligatoria, se decía que te hacías un hombre cuando cumplías con la patria. Pero yo no la hice, porque objeté en su momento y, claro, eso siempre tuvo el efecto secundario de dejar mi masculinidad en entredicho. Pero ayer hice una proeza de magnitud tal que ni ejército ni nà, y desde ahora ya no tengo que disimular cuando los otros machos-alfa se pongan a hablar de coches y de motos y cerveza. Ayer, yo mismo, este que es familia/amigo/conocido vuestro, ¡fue al IKEA de Cincinnati en autobús! ¿Qué? ¿Cómo os habéis quedado? ¿Eh?

¿Será necesario que hable de las dificultades del proyecto? Ya sabéis -aquí se ha dicho antes- cómo se las gasta la EMT de Cincinnati. Ya sabéis, también, que un IKEA está, por definición, donde Cristo perdió el gorro, o un poco más lejos. Salvo, claro, que tú, amigo lector, seas ese Marcelino que lo tiene detrás de su casa, aunque ya no vamos a verte porque ahora el de Murcia nos queda más cerca, y...Hmm. Bueno: volvamos al tema. Será necesario hablaros de los preparativos del día anterior? Planificar rutas y horarios, verificar mapas, organizar la mochila con todo lo necesario, reunir fondos econòmicos, dejar notificaciones a las personas conocidas, por si acaso... ¡Ché, tú! ¡Ni Amundsen cuando se bajaba a comprar el pan!


¿Será necesario -añado- explicar las muchas recomendaciones que me hacía Jose la noche de antes? ¿Será necesario explicar a qué hora sonó el despertador? ¿Será necesario explicaros cómo, a las 06:30 estaba levantándome? ¿Cómo en el coche de la línea 42X solamente íbamos, a esas horas, el chófer, una señora que roncaba, untada en su asiento, y yo, que no hacía más que mirar por la ventana intentando que no se me pasara la parada? ¿Cómo me bajé en medio de la nada cuando aún era de noche, solamente porque el chófer dijo algo que no entendí?


¿Será necesario contaros mi alegría al descubrir, en aquel desierto, unas luces encendidas a media distancia? ¿Y cómo, cuando llegué buscando refugio me encontré con que eran cabañas de nativos de la terrible tribu de los Starbuck's? ¿Cómo solamente encontré refugio entre aquella gente tras pagar un dólar sesenta y cinco por un café aguachirli? ¿Cómo aguanté todo lo que pude, por miedo de volver a la oscura intemperie, haciendo como que todavía me quedava café, y eso que había pasado hora y media y ya me dolía el culo de estar sentado en un taburete? ¿Cómo me animé a salir, al final, prosiguiendo  mi viaje, para descubrir que la distancia Starbuck's-IKEA se hacía entre dos autopistas? ¿Que a nadie se le había pasado por la cabeza la posibilidad de una aventura como la mía, y que por eso no había ningún paso previsto para peatones? Y, ¿qué decir de los elementos? ¿Del viento y de las nubes que amenazaban lluvia? ¿Y de las siete ocas que me miraban desde un campo junto a la autopista, con gesto de "Gafotas, que nos hemos quedao con tu cara?".


Al final, llegué a pesar de todo al IKEA Cincinnati/West Chester, el único -por cierto- en todo Ohio. ¡La primera parte de la expedición, lograda! ¡Todo un hombre! Y con un registro de récord: tenía tiempo de sobra para esperar la hora y media que faltaba para que abrieran. Ya se había hecho de día, y que me estuviera meando mucho ya no era para mí, embriagado por el triunfo, ningún problema serio. No me atrevía -eso sí es cierto- a mear debajo de un árbol, no fuera que me expulsaran del país -uno ha oído historias de todos los colores. Estas cosas se arreglan paseando un poco, y paseando un poco, y paseando u poco, y paseando...




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